Nereida Patricia Arias Vargas

Colombia, Región de los Montes de María – Corregimiento Salitral, Municipio de Ovejas, Sucre.
Cambio clave: De la timidez y el silencio al liderazgo transformador y consciente en defensa de los derechos de las mujeres.
Nereida Patricia Arias Vargas fue por mucho tiempo una mujer silenciosa. Vive en Salitral, una vereda rural del departamento de Sucre, en la región Caribe de Colombia, y aunque es firmante del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las extintas FARC-EP, no se reconocía como lideresa.
Fundadora de la cooperativa Coomaria —ubicada en la vereda Buenos Aires, corregimiento Don Gabriel, municipio de Ovejas, Sucre—, acompañaba los procesos desde la cocina, desde la sombra. “Yo decía que eso no era para mí, que yo no tenía nada que decir”, recuerda. A los encuentros del comité de género asistía en silencio, con miedo, con la idea de que lo mejor era pasar desapercibida.
Todo comenzó a cambiar con su participación en los espacios de formación impulsados por el proyecto #ArraigoCaribe, implementado por We Effect con el apoyo de la Embajada de Suecia en Colombia. En las escuelas, talleres y procesos psicosociales, Nereida encontró un espacio seguro para hablar, pero sobre todo para escuchar. Y escucharse.
“Tenía muchas cosas guardadas, traumas, heridas que no sabía cómo nombrar. Yo misma me estaba reprimiendo. Pero empecé a hablar, y algo se liberó.”
Su proceso fue lento, pero firme. Pasó de ser asistente silenciosa a convertirse en parte activa del comité de género. En ese camino, junto a sus compañeras, identificaron una necesidad urgente en Coomaria, la participación de las mujeres seguía siendo limitada. Con el impulso del proyecto #ArraigoCaribe, que promueve la inclusión y la formación con enfoque de género, asumieron un nuevo reto. Organizaron y acompañaron a un grupo de 26 mujeres —firmantes de paz, víctimas del conflicto, campesinas— con quienes fundaron la organización Mujeres Tejedoras del Campo – Mutecam. Nereida es una de sus voceras y referentes.
Uno de los momentos más significativos en su transformación fue reconocer cómo sus propios prejuicios afectaban a las personas que más amaba. El cambio más profundo no ocurrió en los espacios comunitarios ni en la cooperativa. Comenzó en su casa, en su vínculo más íntimo: su relación con su hija. “Cuando mi hija me dijo que era lesbiana, yo la rechacé. No lo entendía, me asusté, me cerré.” Fue en los espacios formativos donde empezó a comprender el valor de la diversidad, el respeto y la igualdad de género. “Empecé a entender. A ver más allá de mi miedo. Y la volví a abrazar. Hoy la acompaño con orgullo. Ella me enseñó a ser mejor madre, y estos espacios me enseñaron a no volver a rechazar a nadie.”
Esa experiencia marcó un punto de quiebre. Nereida no solo participa: lidera, convoca, representa. Ha perdido el miedo a hablar en público, ha aprendido a construir rutas con instituciones, y sobre todo, ha fortalecido su capacidad de escuchar sin juzgar.
“Tenemos que escuchar primero para aprender, y después atrevernos a hablar.”
Su liderazgo no parte de la certeza, sino de la experiencia. De haber vivido procesos difíciles y haber decidido transformarlos. Hoy acompaña a otras mujeres con la misma fuerza que le permitió transformar su propia historia.
Texto de la serie #StoriesOfChange.
Desarrollado por Juan David Betancourt para el proyecto #ArraigoCaribe de We Effect Colombia.
Basado en la entrevista a Nereida Patricia Arias Vargas.